Los padres que a menudo besan están más atentos a sus hijos.

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Los científicos han llegado a una conclusión sorprendente: los padres que no se limitan en besos alzan la voz a sus hijos y rara vez se manifiestan como personas atentas.

Los psicólogos recomiendan que los padres se sientan libres de expresarse y besarse con más frecuencia. Los médicos están convencidos de que esto tiene un efecto beneficioso en la psique de los niños. Una encuesta entre 500 familias mostró que a menudo los padres que se besan se muestran más atentos: no les gritan a sus hijos y tratan sus necesidades con gran temor. Los psicólogos están convencidos de que las parejas que crean una familia sobre la base del amor sincero eventualmente se convertirán en excelentes padres.

Los cónyuges, convencidos de que son felices en el matrimonio, aman a sus hijos más que a los que tienen una vida familiar. Intereses comunes, atención sincera y cuidado mutuo, el placer de la comunicación mutua: todo esto tiene un efecto positivo en los niños.

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