Las personas obesas que consumen grandes cantidades de fructosa (azúcar simple) pueden tener altos niveles de ácido úrico, lo que perjudica la función hepática, dicen los investigadores.
El ácido úrico alto, o hiperuricemia, está asociado con niveles más bajos de trifosfato de adenosina en el hígado (ATP), un compuesto involucrado en la transferencia de energía entre las células, explicaron científicos del Centro Médico de la Universidad de Duke.
Los investigadores que publicaron su nuevo informe en la revista Hepatology señalaron que el agotamiento de la energía del hígado puede provocar daño hepático en personas con una condición metabólica conocida como enfermedad del hígado graso no alcohólico, así como en personas en riesgo de esta enfermedad. Hicieron hincapié en que el público debe ser consciente de los riesgos asociados con una dieta rica en fructosa.
Se evaluaron los niveles de ATP hepático y ácido úrico en más de 100 pacientes que participaron en el estudio. Los investigadores midieron la diferencia en el contenido de ATP en pacientes con bajo consumo de fructosa (menos de 15 gramos por día) y alto (más de 15 g por día).
Se observó que los participantes con altos niveles de ácido úrico causados por un alto consumo de fructosa tenían niveles más bajos de ATP en el hígado.
"Nuestros resultados muestran que aumentar la ingesta de fructosa en la dieta puede empeorar el equilibrio energético del hígado. Pero se necesita una nueva investigación para determinar las consecuencias clínicas de estos resultados".
La fructosa es un azúcar simple que se encuentra en frutas y verduras. En combinación con glucosa, se usa para producir jarabe de maíz con alto contenido de fructosa, que se usa como edulcorante en muchos alimentos procesados. Ahora sabemos que al consumir fructosa, todas las personas, tanto enfermas como sanas, necesitan ejercer moderación, como en todo lo demás.
