¿A dónde va la euforia o la depresión posparto?

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Para bien o para mal, el término "depresión posparto" ha aparecido en Rusia hace relativamente poco. La generación anterior confía en que esta condición en sí misma es fantástica. Después de todo, para una madre joven es completamente natural cansarse, dormir lo suficiente, preocuparse y preocuparse. Sin embargo, los médicos consideran que esta situación requiere intervención. ¿Qué es la "depresión posparto" y cómo distinguirla del exceso de trabajo habitual asociado con el cuidado del bebé?

La depresión posparto puede ser un componente del estado depresivo general, y a veces ocurre en el contexto de cambios hormonales, exceso de trabajo físico y estrés. Se distingue de la fatiga por su profundidad y longitud. También es peligrosa porque la mayoría de las mujeres no pueden evaluar su posición de manera sobria y objetiva. Como regla general, en lugar de buscar ayuda o consultar a un especialista, una joven madre trata de resolver el problema por sí misma. Algunos también exacerban el estrés, culpándose a sí mismos por no poder convertirse en una buena madre y atormentados por el remordimiento por sentirse abrumados y de mal humor.

¿Cómo distinguir la fatiga del inicio de la depresión?

La mayoría de las mujeres que han dado a luz están familiarizadas con el cambio emocional del primer mes después del parto. El nivel de hormonas que proporcionó la primera euforia cae bruscamente, y la sensación de volar se reemplaza por una sensación de depresión y fatiga. La ansiedad intensificada múltiple agrega combustible al fuego. Muchas madres están familiarizadas con la sensación cuando el cuidado de un recién nacido no lo suelta ni por un segundo, no les da la oportunidad de descansar incluso en esos minutos cuando los familiares y amigos vienen al rescate y cuidan al recién nacido. Hay otra razón para el estrés posparto: en los primeros 28 días de vida, el niño todavía está "sin contacto": sus ojos no están enfocados, no muestra lo que su madre reconoce. Muy a menudo, el estado de ánimo cae precisamente durante este período: después de todo, una mujer se entrega todo en las primeras semanas de vida de un niño, cuidándolo casi todo el día, pero aún no ve ningún retorno. Además, es el primer mes que se está “entrenando”: es posible descubrir la causa del llanto y encontrar formas de consolar las migajas mediante prueba y error. Normalmente, este período de ansiedad y desánimo termina en el segundo mes de vida, cuando el bebé comienza a distinguir a la madre de los demás, lo que demuestra con la primera sonrisa. La madre y el niño encuentran contacto rápidamente, se desarrolla un régimen diario y la vida vuelve a su curso habitual.

Si esto no sucedió, y la depresión emocional se vio agravada por signos más obvios, esta es una señal alarmante. Los compañeros fieles para la depresión posparto son:

  • Falta de apetito
  • Episodios frecuentes de lágrimas e incluso berrinches
  • Insomnio
  • Pérdida de peso
  • Pérdida de la capacidad de concentración.

Al estar deprimida, una mujer pierde interés en la vida, pueden aparecer estados de ánimo suicidas. Todo esto va acompañado de un aumento de la ansiedad, y el bebé mismo puede asustarla: siente que no sabe cómo brindarle atención y tiene miedo de hacerle daño.

El éxito de aliviar estos síntomas desagradables depende de la rapidez con que la familia se dé cuenta de que esto no es solo fatiga. No olvide que la mujer misma, muy probablemente, no hablará sobre la depresión, sino que, por el contrario, se encerrará aún más en sí misma. La mayoría, habiendo notado síntomas como la irritación de un niño o la tristeza de su nacimiento, no los declarará públicamente, por temor a la condena. Mientras tanto, una conversación franca y el apoyo de los familiares pueden tener un efecto terapéutico, por lo tanto, la prevención de la depresión posparto depende en gran medida de la comprensión de los seres queridos y de la voluntad de la familia de ayudar a una madre joven.

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